miércoles, 13 de abril de 2011

Craven y su equipo de juguetes

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Hay un mundo más allá de los derbi. Lo digo con absoluta conveniencia... y recelo, claro está. Sellados como están los próximos encuentros del Barcelona y el Real Madrid en la Champions League, queda un dedo libre para cantar o lamentar la Décima. El gintónico Bryce Echenique no pudo decirlo mejor: No me esperen en abril. Con cuatro clásicos por delante, me ha dado por vivir el fútbol a puertas cerradas. No hay especulaciones ni quinielas que valgan. Incluso hasta podría afirmar que no me apetece hablar sobre el tema, excepto con mi ejemplar del Marca, que al menos se reserva la cortesía de no plantarme manita mientras me bebo el café torrefacto del bar de abajo.

Producto de la ansiedad y de mi cada vez más grave afición por la Premier League -lamentable la caída del Chelsea ante el Manchester-, llegué a este blog. Escogido entre los 100 mejores Blogs de Football por el diario británico The Guardian, Matthew Craven: Drawings and Illustrations es, hasta ahora, el sitio Web sobre fútbol más auténtico que he visitado.

No hay alineaciones. Las únicas líneas que encontraremos delimitan planos de color. Tampoco hay análisis ni estadísticas, mucho menos perfiles o trayectorias de jugadores o técnicos. Creo que no hacen falta. En este blog encontraremos dibujos. Sí. Dibujos. Delanteros, defensas o mediocentros abreviados en el gesto de un dibujante ingenioso, capaz de convertir a Platini en el entrañable retrato de un hombrecito rechoncho y paticorto.

Hay muy poco sobre Craven en la Web. Y si se escribe inexactamente su nombre es probable que nos topemos con un catedrático en Leyes, o con un artista plástico neoyorquino. Sin embargo, más allá de las entradas biográficas que sobre Matthew Craven puedan hallarse, lo que sí es cierto es que su dibujo es suficiente para sostener las demasiadas consonantes de su nombre.

En su blog proliferan jocosas y aniñadas versiones de Messi -parodiado y recreado en su permanente y genial infancia-, pero también versiones más inofensivas de un Maradona al que vemos como jugador -con la equipación del Boca- o ya como técnico de la selección albiceleste. Resulta curioso, además, que Craven dedique su atención como dibujante no sólo al jugador como personaje, sino también a los entrenadores, en su mayoría de la Premier League: Arsene Wenger, del Arsenal; Fabio Capello, el actual seleccionador inglés; Harry Redknapp, el téctinco del Tottenham....

Hace unas décadas, cuando la televisión y el mundo de la imagen no ocupaban el trono que hoy presiden, los dibujantes formaron parte esencial en la creación de una iconografía y un imaginario futbolístico... Raymond Reding y Françoise Hugues con las aventuras de Eric Castel, o el mismísimo Roberto Fontanarrosa, cuyo nombre es una referencia no sólo en el dibujo sino también en una literatura sobre fútbol.

Craven no asume una estética especialmente seria, mucho menos épica o futbolera como pudieron hacerlo los dibujantes de hace 30 o 40 años. Su mirada es divertida, ligera. Por ejemplo, las panorámicas de un campo son las mismas que podríamos tener de un futbolín y, sin embargo, es capaz de ofrecernos, de pronto, la imagen de un partido en medio de una nevada, como si un equipo de juguetes disputara un encuentro dentro de una bola de agua con virutas. Porque todo en sus figuras parece remitirse a lo que realmente retrata: un juego. Uno único e irrepetible.

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