“Después de jugar fuera, siempre estoy deseando volver a hacerlo en Anfield para sentir el calor de la gente. Allí se respira fútbol. Con 45.000 aficionados y el ruido que hacen, llegas a pensar que tienes alas en los pies". Fernando Torres cumplía un año en la Premier con el dorsal 9 de los reds cuando dijo estas palabras a Orfeo Suárez en una entrevista publicada en El Mundo, en noviembre de 2008. En ese entonces, el Niño ya era Campeón de Europa y una insignia para la selección de fútbol española.
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De su primer gol en Anflield, que marcó contra el Chelsea, Torres recuerda una sola cosa. Su encuentro con The Kop, la rugiente grada de Anfield. Ya no era la ensoñación en DVD que vio una y otra vez durante las 40 horas previas a las pruebas médicas para su fichaje. La grada “que no se acaba nunca”, como dice él, existía. La grada que entona para sus futbolistas You’ll never walk alone (Nunca caminarás solo) existía. Y con ella las alas en los pies del delantero.
De su primer gol en Anflield, que marcó contra el Chelsea, Torres recuerda una sola cosa. Su encuentro con The Kop, la rugiente grada de Anfield. Ya no era la ensoñación en DVD que vio una y otra vez durante las 40 horas previas a las pruebas médicas para su fichaje. La grada “que no se acaba nunca”, como dice él, existía. La grada que entona para sus futbolistas You’ll never walk alone (Nunca caminarás solo) existía. Y con ella las alas en los pies del delantero.
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Nunca caminarás solo. Es la sensación que dice acompañarle. Es, también, la melodía compuesta para un musical de Broadway durante la II Guerra Mundial. La misma que emocionó a soldados y perdedores, la que versionaron desde Frank Sinatra, July Garland, Mahalia Jackson, Elvis Presley hasta Luciano Pavaroti y la que el Liverpool acogió como himno cuando, en 1963, Gerry and the Pacemakers, un grupo del Merseybeat, llevó al número uno en Inglaterra, el mismo año en que los Beatles arrasaron con Please Please Me. Nunca caminarás solo, la melodía a la vuelve Fernando Torres después del zumbido de una copa en la que se ha dejado todo -el menisco, la sonrisa, el alma- frente a una afición –y una prensa- que, a diferencia de la de los reds, no se ha quedado hasta el final.
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Su elocuencia en el lenguaje de la pelota convirtió a Fernando Torres en el Hermes de los rojos cuando, apenas en su primera temporada, fue elegido como mejor jugador de la Premier. Se consagró como mensajero de los dioses, el Hermes de la Roja, en Viena, durante la final de La Eurocopa 2008 contra Alemania al aprovechar un pase de Xavi Hernández, desanudar las alas de sus tobillos, ganar en velocidad al defensa Philipp Lahm, y picar la pelota por encima del portero Jens Lehmann. Minuto 33. Torres marcó. España cobró una deuda de 44 años.
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Su elocuencia en el lenguaje de la pelota convirtió a Fernando Torres en el Hermes de los rojos cuando, apenas en su primera temporada, fue elegido como mejor jugador de la Premier. Se consagró como mensajero de los dioses, el Hermes de la Roja, en Viena, durante la final de La Eurocopa 2008 contra Alemania al aprovechar un pase de Xavi Hernández, desanudar las alas de sus tobillos, ganar en velocidad al defensa Philipp Lahm, y picar la pelota por encima del portero Jens Lehmann. Minuto 33. Torres marcó. España cobró una deuda de 44 años.
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Ese año Torres volvió a Andfield, lesionado. The Kop volvió a entonar y The Kid brilló. En 2009 se convirtió en el jugador que menos encuentros necesitó (72) para conseguir 50 goles en la Premier, batió el récord de 80 de Raybould y Stubins, los 84 de Ian Rush y los 98 de Owen y Mathieson Dalglish. En el país que inventó el fútbol, comenzaron a comparar al 9 español con históricos del Liverpool como Ian Rush, el máximo goleador del Liverpool (346 goles en 600 partidos), y con el propio Dalglish.
Ese año Torres volvió a Andfield, lesionado. The Kop volvió a entonar y The Kid brilló. En 2009 se convirtió en el jugador que menos encuentros necesitó (72) para conseguir 50 goles en la Premier, batió el récord de 80 de Raybould y Stubins, los 84 de Ian Rush y los 98 de Owen y Mathieson Dalglish. En el país que inventó el fútbol, comenzaron a comparar al 9 español con históricos del Liverpool como Ian Rush, el máximo goleador del Liverpool (346 goles en 600 partidos), y con el propio Dalglish.
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Disminuido por las constantes lesiones -Benítez lo había dicho ya varias veces-, la cadena estalló el 13 enero de 2010 cuando se Fernando Torres partió la rodilla contra el Reading. Tuvo que operarse faltando 6 meses para el mundial. El Liverpool vivía una temporada pésima. Torres trabajó durante 38 días con los preparadores físicos de los reds para volver al campo el 21 de febrero contra el Manchester United. Una acelerada lucha contra el tiempo y el cuerpo.
Disminuido por las constantes lesiones -Benítez lo había dicho ya varias veces-, la cadena estalló el 13 enero de 2010 cuando se Fernando Torres partió la rodilla contra el Reading. Tuvo que operarse faltando 6 meses para el mundial. El Liverpool vivía una temporada pésima. Torres trabajó durante 38 días con los preparadores físicos de los reds para volver al campo el 21 de febrero contra el Manchester United. Una acelerada lucha contra el tiempo y el cuerpo.
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La convocatoria para el mundial llegó y Torres no sólo desoyó la frase de Bell Shakly, también a Benítez. Y fue a Sudáfrica. ¿Quién no lo hubiese hecho? "El balón es el alma", repetía el niño Torres a incrédulos y pesimistas, a puristas y supersticiosos, tras la derrota ante Suiza el 16 de junio. “No podemos cambiar ni volvernos locos. Hemos de confiar en lo que hicimos para ser considerados favoritos. El estilo lo marcan Busquets, Alonso, Xavi, Cesc... El estilo es tener la pelota, jugarla y buscar el gol. No vamos a empezar ahora a lanzar pelotazos...".
La convocatoria para el mundial llegó y Torres no sólo desoyó la frase de Bell Shakly, también a Benítez. Y fue a Sudáfrica. ¿Quién no lo hubiese hecho? "El balón es el alma", repetía el niño Torres a incrédulos y pesimistas, a puristas y supersticiosos, tras la derrota ante Suiza el 16 de junio. “No podemos cambiar ni volvernos locos. Hemos de confiar en lo que hicimos para ser considerados favoritos. El estilo lo marcan Busquets, Alonso, Xavi, Cesc... El estilo es tener la pelota, jugarla y buscar el gol. No vamos a empezar ahora a lanzar pelotazos...".
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El 11 de julio de 2010 Fernando Torres jugó la primera final de España en un mundial de fútbol. Minutos siguientes al gol de Iniesta, el nueve se desplomó sobre el césped. El Niño fue su contrincante más furioso. En un mismo gesto, el delantero ganaba y a la vez perdía su propia batalla. Había llegado, sí, a la final, a costa de sí mismo. Apretó los dientes, de rabia y desesperanza, miles de veces en el área. Caminó más sólo que nunca, incapaz de encontrar en Sudáfrica al veloz delantero de la Eurocopa. Y yo sólo me pregunto adónde volvería Torres derribado en plena victoria. Si el balón es el alma, ¿dónde estaba la suya?
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Dicen que Hermes, el dios olímpico y mensajero, a quien se le identifica por sus sandalias aladas, es el único junto a Hades y Perséfone capaz de entrar y salir del inframundo -¿es éste el suyo?, el de Torres-. Franqueador de fronteras por excelencia, él es el encargado de acompañar las almas de los muertos y a los viajeros.
El 11 de julio de 2010 Fernando Torres jugó la primera final de España en un mundial de fútbol. Minutos siguientes al gol de Iniesta, el nueve se desplomó sobre el césped. El Niño fue su contrincante más furioso. En un mismo gesto, el delantero ganaba y a la vez perdía su propia batalla. Había llegado, sí, a la final, a costa de sí mismo. Apretó los dientes, de rabia y desesperanza, miles de veces en el área. Caminó más sólo que nunca, incapaz de encontrar en Sudáfrica al veloz delantero de la Eurocopa. Y yo sólo me pregunto adónde volvería Torres derribado en plena victoria. Si el balón es el alma, ¿dónde estaba la suya?
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Dicen que Hermes, el dios olímpico y mensajero, a quien se le identifica por sus sandalias aladas, es el único junto a Hades y Perséfone capaz de entrar y salir del inframundo -¿es éste el suyo?, el de Torres-. Franqueador de fronteras por excelencia, él es el encargado de acompañar las almas de los muertos y a los viajeros.
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“Después de jugar fuera, siempre estoy deseando volver a hacerlo en Anfield”. Mensajero de las palabras invisibles entre Dioses y balones, Torres ha vuelto a Anfield lesionado, otra vez. Pero él, como Hermes, es el único que puede entrar y salir del Hades para llevar sueños a los mortales vivos. Por eso las alas retoñarán al regreso, cuando la grada cante. El resto, que no es poco, es cosa del fútbol.
“Después de jugar fuera, siempre estoy deseando volver a hacerlo en Anfield”. Mensajero de las palabras invisibles entre Dioses y balones, Torres ha vuelto a Anfield lesionado, otra vez. Pero él, como Hermes, es el único que puede entrar y salir del Hades para llevar sueños a los mortales vivos. Por eso las alas retoñarán al regreso, cuando la grada cante. El resto, que no es poco, es cosa del fútbol.
Torres se ha enfundado la elástica española en 4 cita importantes: Eurocopa de 2004, ¿saldo? 0 goles. Mundial de 2006 en Alemania, ¿goles? 3; Eurocopa de 2008 donde España se proclamó Campeona del Viejo Continente, ¿aportación de El Niño? 2 tantos, incluyendo el único gol de la final por el que nos lo tendremos que comer en la selección lo que resta de vida... Ah, me olvidaba, Mundial de Sudáfrica: ¿goles de Torres, apotación al juego ofensivo o defensivo de la selección? O mata cero...
ResponderEliminarFernando Torres se hincha a marcar goles en la Premier porque el estilo de juego inglés le viene de perlas, juegan para él, le buscan constanmente arriba y esperan que su rapidez lleve el balón al fondo de la porteria, señores. Pero España es otra cosa, el tika taka, esa construcción magistral de las jugadas, esa conexión Xavi e Iniesta con va con El Niño y en mi opinión está más que comprobado. Es un delantero para sacar en el minuto 60 o 70 con La Roja y a ver lo que caza pero no para ser el 9 titular de la Campeona del Mundo. Eso sí, que España es un país así, Torres marca el gol de la final del Europeo déspués de hacer un cameponato nefasto y hay que ponerlo por decreto. ¿Alguien recuerda al 7 del Real Madrid? Pues eso.
A ver Cristina.
ResponderEliminarEn eso coincido plenamente contigo. Y lo dijo Rafa Benítez desde el fichaje, y no sólo Benítez,lo dijo Gerard, Queiroz... Torres es veloz y vertical. Por eso se adaptó tan rápido.
Y no digo que sea un agravio que no fuese titular, sería estúpido pensar eso. Del Bosque hizo lo correcto. Lo que no parece justo es que se endosen y se retiren los Laureles de la frente de Torres tan a la ligera.
Y vamos, mujer, que tampoco un equipo se puede centrar en un jugador. Sabes que eso no funciona y en este mundial quedó demostrado.
No se trata de crucificar o levantar altares. No discuto para nada la eficacia de Iniesta (http://cronicasbarbituricas.blogspot.com/2010/07/cuando-toca-cierre-iniesta-entrega.html)
sólo me detengo a pensaren un personaje que fue su opuesto el día de la final.
Hace un mes y pico escuché a Carlin en la Feria del Libro y decía que en el fútbol, como en la vida, todo es cuestión de entusiasmo. Salió Valdano, también, y habló del azar y del Estado de ánimo como elementos tan pootentes como el factor gol.
Y a este crío, a Torres, el estado de ánimo le estaba cobrando una factura importante. Se la cobrara a él, a su menisco, a su capacidad de jugar en grupo... y creo que, excepto sus propios compañeros y su técnico, la afición le desechó afectivamente, porque estaba "averiado". Probablemente se sintiera más en casa en Anfield.
¡En fin! Gracias por asomarse a este blog y por meterle pimienta. Vuelva todas las veces que desee y meta toda la caña que pueda, que buena parte de lo que sé de fútbol se lo debo a usted.
P.S. Usted es Raulista.... a muerte!
Torres 4 torneos 2 títulos
ResponderEliminarRaúl 5 torneos 0 titulos
Sale perdiendo en todas las comparaciones. Además ha quedado bien claro que Villa rinde mucho más con Torres al lado.
Alex, chaval, nos has fulminado a las dos.
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