miércoles, 2 de marzo de 2011

El Madrid y los números impares


Al Real Madrid no se le dan bien los números impares. ¡Ni uno solo de ellos! Un brevísimo repaso por el ábaco merengue arroja la hipótesis de una maldición arábiga sobre el conjunto blanco. ¿Será posible? Verosímil o no, la peste se esparce en todas direcciones, desde el dorsal de fichajes que no cuajan hasta un esquema de juego que sigue crudo a pesar del calor de la Liga. A siete puntos del Barcelona, cuando hace apenas unos días eran cinco, las cuentas ni cuadran ni se redondean.

El trivote de San Agustín
Si vaciar el agua entera del mar dentro de un hoyo cavado en la arena escapa del entendimiento humano de la misma forma que lo hace el hecho de que el Padre, Hijo y Espíritu Santo sean una misma persona, pues jugar un fútbol digno sin centro del campo pertenece a la misma categoría de los imponderables. ¡Sencillamente está vetado a la razón! Sin embargo, el Real Madrid arrastra el agua en su concha de mar tal y como el empecinado niño lo hacía ante la curiosa mirada de San Agustín.

El tres es un dígito que se atraganta en el esquema del mediocampo, desde mucho antes de la pretemporada. Se trata, en efecto, de una Santísima Trinidad que Xabi Alonso ha tenido que echarse a cuestas él solo y que lleva, al menos unas dos ligas, con la bombilla de emergencia fundiéndose en el tablero merengue. Al comienzo, la fuerza de Canales prometía renovación. Pero la furia sin método del chaval echó por tierra las esperanzas. Un Khedira suficiente, a veces muy justo en el adjetivo, y un Lass defensivo, excesivamente defensivo, enfriaron la cocina del juego, un juego permanentemente fracturado que ahora Mou tiene que recalentar en el microondas con un trivote que usó Capello con Emerson, Diarrá y Gago, en 2006.

Pase lo que pase, el asunto no cuaja. La masa se quiebra. En el primer tiempo del partido contra el Olympique de Lyon, los merengues emplearon un juego suicida: mediocampo defensivo, con contraataque a balonazos y carreras forzadas a cargo de Özil y CR7, como si la intención fuese morir de agotamiento y furor en lugar de romper el marcador.

Mano de póker o el aguafiestas sin calculadora
Las últimas ligas se han perdido, justamente, en los derby. Como si los puntos anotados por los blaugrana en la portería de Casillas hubiesen trazado surcos en el ánimo del Madrid, incrustándose como tachuelas. Sin embargo, y a pesar de encajar balones, hasta ahora pocos derby habían resultado tan incómodos para el Madridismo como el 5-0 del pasado noviembre. No porque fuera el primero, porque como ese resultado ya han ocurrido cuatro en el Camp Nou, uno de ellos con Cruyff como jugador, en la Liga 1973-1974.

El problema de la impar goleada fue, primero, la pasividad de un equipo que ese día tenía en su afilada dentadura a CR7, al ágil Di María y al, cuando lo desea, atorrante, veloz e incansable Özil, que presiona cada jugada como si fuera única. Pero peor aún, mucho peor, resultó que tal impar infortunio ocurriese en la gestión Mourinho, el hombre que arrebató al Barcelona la Champions League el año pasado y que llegó al Madrid con las credenciales del aguafiestas de Guardiola.

El nueve, el bendito nueve

Que Karim Benzemá se haya redimido primero en partidos discretos, luego frente Auxerre y finamente frente al Lyon no significa que sea un buen jugador. Ya era tiempo de dar algún tipo de señal... de vida. Casi dos años después de su fichaje, el francés se vio obligado a acelerar sus lentos progresos debido a la lesión del Pipita.

Esta vez, no había escapatoria, tenia que mostrar hechos relativamente convincentes, es decir, la menor cantidad de resultados nefastos a los que solía tener acostumbrada a la afición: mal control del balón, pases equivocados, tiros inexactos a Cuenca, ¡perdón!, quise decir a puerta. Pero el problema con el nueve no se limita al dorsal del francés, sino a la posición como tal. Es cierto que Mourinho y otros de sus predecesores han pedido, varias veces, un nueve clásico que no termina de llegar y que, por los vientos fríos del fichaje de invierno que pasó, no viene. Toca tirar del carro a ver si el Madrid pasa de la novena a la décima.

4 comentarios:

  1. Como bien dices tú toca tirar del carro por muy mal que estén las cosas somos el Real la Liga esta prácticamente perdida, por no decir perdida, pero la decima la veo y la copa también, porque por muy bien que este el Barcelona siempre estarán acomplejados y estará siempre a la sobra del REAL MADRID y a ese le temen y le sigilan temiendo.
    Un saludo

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  2. No, hombre. No seamos tan radicales, que en el fútbol puede pasar de todo Antonio. ¿Sabes algo? A veces me pregunto si este Barcelona le teme a algo. Yo creo que futbolísticamente han llegado a lugar en el que sólo pueden tener miedo de sí mismos.
    Nosotros seguiremos peleando con nuestros impares. Nuestro lío de trivotes atascados y de 9 que no sentencian...

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  3. Tengo que reconocer que en el último juego KK no solo no jugo nada si no que erró mucho, supongo que toda esa inseguridad que si se va o se queda pesa, puede ser que es solo una excusa mental mia para justificar la mala actuación del que fué el mejor jugador del mundo en el 2007(para mi, todavia uno de los mejores 10). Pero tengo mucha fé en él, sé que su nivel de juego regresará a su mejor nivel.

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  4. Te entiendo, con Kaká también ha pasado de todo... Jugó el Mundial lesionado, apenas volvió en enero, el Club tampoco es que sea el mar de la certidumbre...

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