martes, 8 de marzo de 2011

El urinario de Iniesta

Estamos de acuerdo. Arsene Wenger, el gunner mayor, guardó los cañones. Se atrincheró. Reservó los proyectiles para ocasiones que jamás llegaron. No exagera Ramón Besa al decir que el Barça jugó contra el Barça, porque si a los catalanes les costó anotar durante los primeros 30 minutos no fue porque los londinenses jugaran a la contra, sino porque permanecían, alineados, en la más clásica propuesta del calcio italiano. Defender. Defender. Defender (Amén de la Roma que se nos ha quedado fuera de esta misa que es la Champions… Requiem for a dream).

Y mientras todos, inevitablemente, hablan de Messi, el diez de platino, en el engranaje de juego culé está, siempre, el hombre que mueve las piezas: Andrés Iniesta, el fulguroso y pálido centrocampista de Fuentealbilla, quien fue anoche, una vez más, el Mutt en una esquina del ready made. Se irritará, supongo, más de uno que lea esta soez y vulgar comparación (si me falta algún adjetivo, por favor, no seáis tímidos, a por mí). Y me disculpo de antemano si hiero susceptibilidades y pedestales culturales, pero así somos los mercenarios: nos conformamos con lo mucho que nos ofrecen las cosas bien hechas y, anoche, las dos (de las muchas) intervenciones de Iniesta fueron providenciales.

Anoche, Andrés Iniesta se comportó como el artista del gesto. Escogió balones salidos de la nada, los sacó de su contexto, los enmarcó, los firmó y los convirtió en obras de arte. Sólo le faltó darles la vuelta, al más puro estilo Urinario de Duchamp. Y uno se pregunta. ¿Cómo lo hace? El robo del tacón fallido de Cesc (el gran perdedor) que terminó en gol de Messi en el minuto 45 y el regate, conducción y toque final con gol de Xavi en el 69. Boccato di Cardinale.

Volvamos, sin embargo, a los bemoles. Porque hacen falta, tanta, como la rabieta de anoche y su rebrote con periódico deportivo de esta mañana. El perdón a un penalti a Messi trajo una pésima compensación: la expulsión de V. Persie por una segunda tarjeta amarilla absurda, arbitraria y ridícula que dejó al Arsenal con 10 hombres. Pero cuando las cosas están dadas de antemano -la poca garra del Arsenal- no hay munición que valga. El Barcelona ha ganado con táctica a la tan pesada e inmóvil artillería de un Wegner que ha sido incapaz de mover sus cañones de sitio.

4 comentarios:

  1. Que decepción el Arsenal ayer, madre mía jugo peor que un equipo de segunda b y a Cesc no veas que partidito en el 1 gol esa mierda de tacón pero bueno……
    Un saludo guapa

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  2. Los gunners no hicieron mérito al nombre, ni al escudo ni al partido de ida. Se desinflaron. Por cierto, pincha el nombre de Cesc en la crónica y mira lo que dice The Guardian de él.
    Un saludo Antonio.

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  3. El baile que le dio el Barca al Arsenal no fue normal. Creo que no hubiera cambiado mucho la situación de haberse quedado Van Pierse en el campo. Los azulgrana hablan, en fútbol, otro idioma (aunque les faltó efectividad, pegada). En todo momento, tanto en la ida como en la vuelta, el Barcelona dominó cual titiritero al Arsenal, quien renunció a su jogo bonito a la inglesa (cosa deleznable, a mi parecer: si vas a perder, que sea con la frente en alto, sin máscaras). E Iniesta, junto al enormísimo cronopio Leo Messi, supo llevar ese gesto del que hablas al límite en apenas unas fracciones de segundos.
    Buena pluma, nuevamente. Salud y un abrazo, KSB.

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  4. Estoy de acuerdo contigo Ernesto, aunque lo que sí es cierto es que el Barcelona sufrió mucho más en la ida que en la vuelta... eso sin duda. Lo que dices de V. Persie es cierto, en parte. Pero fue un buen golpe, por lo arbitrario, lo sorpresivo, lo desproporcionado. Eso sí, Iniesta mantuvo el sello del Barcelona, el sello del garbo azulgrana. Lo que no le perdono al Arsenal es el papelón que puso. ¡En fin Ernesto! ¡Que hay Champions! Ay, sin la Roma.
    Muchas gracias Ernesto. Por venir al Dorsal 14, por dejar tu comentario y por tus ánimos. ¡Salud! Y otro abrazo para ti.

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